Apolo fue el Dios más adorado e importante durante la antigüedad clásica, llegando a personificar en el cristianismo el propio Dios monoteísta.
Sus atributos, la eterna juventud, su cara imberbe, y su perfecta armonía corporal, asi es recordado, como el poeta que canta en la naturaleza rodeado de musas, con una corona de laurel adornando su cabeza.
El camino que llevó a Apolo a identificarse con Helio, dios del sol, comenzó con la identificación en la literatura, para triunfar durante el helenismo en las artes. Se refieren, ahora, en su gran medida, a Apolo como Febo, el luminoso.
Artemisa Se trata de una versión más femenina de la amazona, deidad de lo salvaje, dama de las bestias, era una Diosa alada, que asistía tanto al parto animal como al de las mujeres, se le recuerda con una túnica femenina griega y escoltada por fieras, cazadora y regidora de la naturaleza salvaje, se le une la condición de eterna virgen, asi como diosa de la noche, esta última concesión la obtiene por parte de los artistas del Quattrocento.
Especificaciones de las piezas:
100% artesanales, Material 60% cerámico.
Altura 30 cm, Ancho 10 cm, Largo 15 cm.
Ideal para crear espacios clásicos, atemporales.